Nuestro viaje comienza en el puerto ibicenco de Marina Botafoch. Desde aquí partiremos hasta la vecina isla de Formentera. El tiempo de duración del viaje dependerá del barco que elijamos (lancha, velero, yate, superyate, catamarán...), pero lo importante es disfrutar del trayecto ¡navegar por el Mediterráneo es un auténtico placer!
Cala Saona es la única playa ubicada en el lado oeste de Formentera y ofrece un entorno natural realmente único. De arena es blanca y aguas cristalinas, cuenta con fondos arenosos que convierten esta playa en el lugar perfecto para disfrutar de un refrescante baño.
Y si hay algo que realmente caracteriza este lugar, son sin duda, las grandes rocas rojizas que delimitan la playa. Ubicada en una bahía, cala Saona ofrece un paisaje que no encontrarás en ningún otro punto de Formentera. Perteneciente al Área Natural de Interés Especial de Cap Alt, esta playa tiene forma de U y está bordeada por acantilados que conforman un paisaje realmente espectacular.
A pesar de su tamaño reducido (tan solo unos 200 metros de largo y 140 de ancho) en este lugar, especialmente durante las primeras horas de la mañana, podrás disfrutar de una paz absoluta, por lo que es un buen sitio para pasar la noche en tu barco.
Pero, sin duda, es durante el momento de la puesta de sol cuando cala Saona se torna en un escenario de película: tiñéndose de un sinfín de colores y brindando todo un espectáculo natural de luz.
En este momento del día, te recomendamos desplazarte hasta la orilla para visitar el coqueto Kiosko Cala Saona: un pequeño chiringuito de madera, ubicado sobre una discreta atalaya – el palco perfecto para contemplar este espectáculo- mientras disfrutas de un refrescante mojito o de unas cervezas con tus amigos. ¡Déjate embrujar por el Astro Rey cuando se esconde tras el mágico islote de Es Vedrà!
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